Ustedes deben tener contento, sin importar las ganancias ni las pérdidas. Esto es esencial. El contento proporciona felicidad, y la incrementa. Para la mente contenta, la vida es un festival sin fin, pero la mente preocupada por el deseo no tiene descanso. Con el deseo molestándolos, es imposible la concentración. El deseo es el fuego en su cuerpo; los reduce a cenizas. El contento es el medicamento efectivo para destruirlo. Así como un baño en las frescas aguas de un arroyo refresca al viajero exhausto y transpirado en el quemante calor del día, el que sufre por el calcinante fuego de la codicia será refrescado por las pelúcidas aguas del contento. Debemos desear solamente el camino que lleva a tomar consciencia de Uno Mismo. No debemos dedicar nuestra vida a los deseos mezquinos del mundo. Dediquen todo al Señor; este es el genuino contento. Este es el resultado de haber adquirido paz mental (shanti), alegría (santosha) y discernimiento (vicharana). ¡Entonces, también es posible la visualización directa del Señor! Sathya Sai (Dhyana Vahini, Capítulo 10)