Esta es una ilustración de nuestra experiencia cotidiana. Al pasar por un bazar, si una persona ve a alguien llorando le pregunta: «¿Por qué lloras?». Otros transeúntes también lo preguntan. Si en el mismo bazar otra persona se muestra alegre, nadie se le acerca a preguntar la causa de su felicidad. Se considera que la felicidad es la condición natural del hombre. La busca todo el tiempo. La pena es repugnante para el hombre. Es una debilidad del hombre dar cabida a la pena. Al ser presa de la pena en muchas vidas, el hombre está perpetuamente sumido en la tristeza. Para una persona que tiene fe firme en Dios, no hay motivo de tristeza. Quienes dan paso a la pena son personas que no han entendido el Principio Divino. Todo lo que está relacionado con el cuerpo es temporal y transitorio. Lo que los hombres deben buscar es la felicidad duradera. La felicidad es la unión con Dios. Sathya Sai (Discurso, 11 de mayo de 1998)