Rama es el morador interno en cada cuerpo. Este Atma Rama es la fuente de la dicha en todo individuo. Sus bendiciones, surgiendo de ese manantial interior, pueden conferir paz y bienaventuranza. Él es la encarnación misma del dharma en todos los códigos de moralidad que sostienen a la humanidad en amor y unidad. El Ramayana, la historia de Rama, enseña dos lecciones: el valor del desapego y la necesidad de hacernos conscientes de la Divinidad en cada ser. La fe en Dios y el desapego de las búsquedas objetivas son las llaves de la liberación humana. Abandonen los objetos de los sentidos, y ganen a Rama. Sita abandonó los lujos de Adyodhya para poder permanecer con Rama en el período de «exilio». Cuando posó una mirada anhelante en el ciervo dorado y lo ansió, perdió la presencia de Rama. La renuncia conduce a la alegría; el apego produce dolor. Permanezcan en el mundo, pero no sean de él. Sathya Sai (Ramakatha Rasavahini, Capítulo 2)