Es muy necesario entrenar la mente para que sea siempre agradable. Las aguas de un río saltan de las montañas, caen en los valles y se precipitan a través de los desfiladeros; los afluentes se unen en varios puntos y las aguas se vuelven turbias y sucias. Del mismo modo, en el torrente de la vida humana, la velocidad y el poder aumentan y disminuyen. Estos altibajos pueden ocurrir en cualquier momento de la vida. Nadie puede escapar de ellos. Pueden presentarse al principio, al final, o quizás en la mitad de la vida. Por lo tanto, uno debe convencerse firmemente de que la vida está necesariamente llena de altibajos y que, en vez de temerles y preocuparse por ellos, hay que darles la bienvenida ya que enriquecen la propia experiencia. ¡Uno no solo debe sentirlo así, sino que también debe alegrarse y ser feliz con cualquier cosa que suceda! Entonces, todas las dificultades, cualquiera que sea su naturaleza, pasarán suave y rápidamente. Para esto, el temple de la mente es esencial. -Sathya Sai. Dhyana Vahini, capítulo 3.