Exteriormente, los versos que describen las travesuras del niño Krishna parecen describir cosas objetivas, pero tienen un profundo valor subjetivo. Ustedes deben utilizar la imagen objetiva como una llama para encender la emoción subjetiva de la devoción. Por ejemplo, hay una descripción de Krishna niño volcando la vasija de cuajada y escapando con la bola de manteca. Su madre Yashoda descubre su escondite al seguir sus huellas impresas en el suelo por sus plantas manchadas de cuajada. La manteca que el Señor codicia es el fruto del yoga, el producto final del batido de la mente mediante el viveka (el discernimiento). A Él le encanta deleitarse con ella, y se va con esto a la soledad de la toma de consciencia de uno mismo. Nosotros también podemos descubrir al Señor a través de Sus huellas, que se pueden encontrar en todas partes, siempre que se haga una búsqueda sincera, con ojos entrenados. Se pueden encontrar las huellas allí donde haya belleza, virtud, humildad, justicia, verdad, amor y paz. Hay que entrenar los ojos para descubrir las pisadas de Dios; así debe ser gobernada la mente. Sathya Sai . (Discurso del 25 de octubre de 1966).