El hombre está sujeto por tres tendencias: La primera es el anhelo de poseer (kama). Cuando dicho deseo no se cumple, surge la ira (krodha).Cuando los anhelos son alcanzados y se obtiene lo deseado, se apodera del hombre la tercera tendencia, la avaricia (lobha). Si lo deseado es beneficioso, Dios derramará Su gracia. Ganesha no tiene deseo, ira, ni avaricia. Su gracia es accesible para todos aquellos cuyas metas son buenas y divinas. Observen el vehículo que Él ha elegido: el ratón. El ratón es una criatura que resulta arrastrada, incluso hasta su destrucción, por la vasana (el olor de las cosas). Los hombres somos todos víctimas de preferencias y predilecciones estampadas en la mente durante vidas pasadas (vasana). Ganesha ahoga y suprime las vasanas que descarrilan al hombre y crean la mala fortuna. La asociación con Dios, en calidad de vehículos, ornamentos, accesorios o sirvientes de los dioses, otorga un estatus sagrado y especial a objetos, animales u hombres. En este caso el ratón ha sido honrado, pues comparte la adoración ofrecida a Ganesha. Sathya Sai Baba. (Discurso del 18 de septiembre de 1985)