Algunos demuestran gran amor hacia los extraños, pero no muestran el mismo amor hacia su padre y su madre, en el hogar. Lo primero y principal es amar a nuestros padres, y después a las demás personas. Pero no debemos limitar nuestro amor solo a nuestros parientes y amigos; debemos amar a todos. Solo entonces Dios derramará su amor sobre nosotros. Cuando vemos a alguien con dificultades o a una persona herida en la calle, no debemos mostrar indiferencia hacia ellos. Sin importar cuán urgente sea el trabajo que tengamos, debemos procurar eliminar su sufrimiento. Entonces, Dios se manifestará ante nosotros y nos llenará de energía. No hay nadie en este mundo que pueda darnos más amor que Dios. Cantamos bhajans y realizamos actividades de servicio solo para lograr el amor de Dios. El amor de Dios nos llena de gran energía. Solo Dios nos da esta energía. Por lo tanto, amen a Dios y a toda la gente, ya que ellos son en verdad los hijos de Dios. (Discurso, 27 de enero de 2007)
