Dasaratha envió a Rama a la selva durante catorce años, como consecuencia de su promesa a Kaikeyi. Aunque no estaba habituada a ninguna clase de penurias, Sita soportó las dificultades de la vida en la selva. Lakshmana no tenía ninguna obligación de pasar por esa prueba. Por su intensa devoción a Rama, lo seguía como una sombra. Llevaba frutas, flores y tubérculos de la selva para servir a Rama y a Sita, mientras él ayunaba. Cada momento de su vida lo pasaba al servicio de Rama. Puso su cuerpo y su mente al servicio de Rama, como un Sagunopasaka. Bharata solicitó a Rama que regresara a Ayodhya, pero sus esfuerzos no tuvieron éxito, ya que Rama se negó a regresar. En consecuencia, Bharata se resignó a volver, pero permaneció fuera de Adyodhya, en Nandigrama. Su cuerpo estaba en Nandigrama, pero su mente estaba con Rama. Lakshmana adoraba a Rama con cuerpo y mente, en tanto que la adoración de Bharata era puramente mental, ya que su mente estaba unida con Rama. Dado que la adoración de Bharata era puramente mental, él era un Nirgunopasaka. (Discurso, 3 de septiembre de 1999)