Un verdadero estudiante es aquel que alcanza la excelencia en el campo moral, social y espiritual. Uno no debe esforzarse por obtener fuerza física y felicidad solamente. Uno debe esforzarse arduamente por lograr controlar la mente. Quien se convierte en esclavo de su mente está destinado a volverse débil, sin importar lo poderoso que sea. Así que deben hacer de la mente su esclava. El poder de la mente es inigualable. Es de la mente que se originan las más preciadas virtudes. Si se pierde la riqueza, se puede volver a obtener. Si se pierde la salud, puede ser restaurada con la ayuda de un doctor eficiente. Pero si los valores humanos se pierden, la vida humana se vuelve un desperdicio. Los valores humanos son lo que se necesita hoy en día. No pueden ser adquiridos únicamente de los textos sagrados ni pueden ser transmitidos por preceptores eruditos. Se originan desde el interior. Cuando desarrollemos pensamientos nobles y sigamos el camino de la verdad en nuestra vida diaria, los valores humanos florecerán en nosotros y nos protegerán en todas las circunstancias. (Discurso del 14 de enero del 2003)