Recuerden con qué espíritu Hanuman, el mono, sirvió a Sri Rama. Hanuman ha sido descrito como “tranquilo, virtuoso y fuerte”. Siendo una persona así, cuando estaba en un árbol en el Ashokavana en Lanka, los “rakshasas” (demonios) le preguntaron quién era y de dónde había venido. Hanuman contestó: “Dasoham Kausalendrasya” (soy el servidor de Sri Rama, el hijo de Kausalya). Él no hizo alarde de su valor o conocimiento. Estaba contento con describirse a sí mismo como el humilde y devoto servidor de Rama. Tengan en mente la máxima: “Sin ser un kinkara (alguien listo para llevar a cabo el mandato del Señor), no pueden volverse Shankara (Divinos)”. Tienen que transformar su vida a través del servicio. No deben dar cabida en lo más mínimo, a la arrogancia o al interés egoísta en sus actividades de servicio. Instalen en su corazón el sentimiento de que el servicio que rinden a alguien, es un servicio a Dios. Solo entonces el servicio al hombre se vuelve servicio a (Madhava) Dios. (Discurso del 23 de marzo de 1989)