La mayoría de las personas se limita a la adoración ritual durante un breve momento todos los días. No intentan saber para qué están realizando estos rituales. No tiene sentido realizar rituales sin comprender el propósito y la meta de la vida. El propósito último de todos los ejercicios espirituales es realizar el Principio del Amor (Amor por lo Divino). Fomentar el amor es el propósito de todo esfuerzo espiritual. En ninguna circunstancia deben dejar de lado o ignorar al amor. Donde hay amor, no puede haber odio, dolor o carencia. El tiempo pasa; todos tienen más años pero sus actitudes han tenido pocos cambios. La pureza de pensamiento resulta en pureza de conocimiento y sabiduría. La autorrealización se logra solo a través de la sabiduría espiritual (Jnana). Para llevar una vida sagrada y tener experiencias sagradas, dedíquense a acciones sagradas. El bien y el mal en el mundo solo pueden ser cambiados cuando hay un cambio en las acciones de los hombres. La transformación de la sociedad debe comenzar con la transformación de los individuos. (Discurso del 1 de enero de 1998)