La mejor manera de deshacerse de la debilidad es atacar la raíz misma del árbol: el error de que ustedes son el cuerpo, con este nombre y esta forma, estos sentidos, esta inteligencia y esta mente. Todo esto es el equipaje que acarrean. ¿Acaso no dicen «mi nariz, mi mente, mi mano, mi razón», lo mismo que dicen «mi libro, mi paraguas»? ¿Quién es este «yo» que llama «mías» a todas estas cosas?. Ese es el verdadero «ustedes». Ya existía cuando nacieron, existía mientras dormían, indiferentes a todo lo demás, indiferentes incluso a su propio cuerpo, con todo su equipamiento interior y exterior. Ese «yo» no puede ser dañado; no cambia, no conoce la muerte ni el nacimiento. Aprendan la disciplina que los hace conocedores de esta Verdad, y serán siempre libres y osados. Esto es el verdadero vidya, el Atmavidya (conocimiento de Uno Mismo), que los sabios han reunido para ustedes. Las miles de personas que vienen a Puttaparthi vienen en busca de esta preciosa riqueza; también ustedes deben, cualquier día, aprender esto y salvarse. Todos tienen que alcanzar la meta, viajando por el camino de la sabiduría. (Discurso, 20 de febrero de 1965)