“La hoja que sirve de plato, y en la cual se ha servido un almuerzo completo, se posa firmemente sobre el suelo. Aquella sobre la cual no se ha puesto nada, vuela alto con cada ráfaga de viento”. Así dice el proverbio. Así también, la persona que tiene mucha erudición y muchas habilidades lleva una vida sencilla. Pero aquel que no ha obtenido genuina educación, ni la fuerza que la misma confiere, vive con pompa y orgullo. Tal persona lucha por ocultar sus defectos del conocimiento de los demás, y finalmente su lucha no tiene éxito. Nos acontece una doble ruina: no experimentamos bienaventuranza espiritual (ananda) ni se la impartimos a los demás. Al final llegamos a ser blanco del ridículo. Por lo tanto, no permitan que el deseo de ostentación se introduzca en la mente; no permitan que el egoísmo se les aproxime. Sean humildes y sean leales a los ideales elevados. Sólo así pueden servir a la causa de la paz y la prosperidad del mundo. (Vidya Vahini, Capítulo 15)