El elogio y la crítica parecen ser contradictorios, pero no lo son. Aquello que los lleva a ustedes a una posición respetable, también los hará bajar. A medida que son elogiados, va creciendo la crítica. Cuando cavamos un pozo, a su lado también crece una pila de tierra. Cuanto más profundo hagamos el pozo más alta será la pila acumulada. Pensamos que la profundidad del pozo corresponde a la crítica, mientras que la pila corresponde a el elogio. Pero si ponemos la pila de tierra dentro del pozo, este queda tapado. La tierra del pozo y la tierra en la pila son la misma cosa. Una vez que nos demos cuenta de esto, no tendremos miedo de la crítica ni de la calumnia. Desarrollaremos una actitud ecuánime hacia el elogio y la crítica. Algunos mirarán la profundidad del pozo, mientras que otros mirarán la altura de la pila. La actitud correcta será mirar ambas con la misma mentalidad. Solo entonces podremos progresar por el camino sagrado. (Capítulo 21, Lluvias de Verano 1978)