Las manos no son los únicos miembros o agentes implicados en la actividad humana (karma). Debes estar atento a la pureza de todo lo que hagas, veas u oigas. El pensamiento, la palabra y la acción deben estar libres de orgullo, codicia y odio. Las palabras que pronuncies deben estar libres de esas faltas; las cosas que anheles oír deben estar libres de cualidades superficialmente atractivas; y el placer que buscas no debe estar contaminado con el mal. Lo que ingrese en los oídos puede no estar claro para la mente; podría llegar a ella de manera confusa. Por eso, la educación tiene que ser impartida de tal manera que sea recibida con claridad por la mente. Para lograr este propósito, tiene que ser transmitida a través de cabezas, lenguas y manos que sean puras, sin manchas que las distorsionen. Solo así puede ser claro el aprendizaje, y brillante la sabiduría. (Vidya Vahini, Capítulo 19)