Dos características diferentes son encontradas entre las personas. Una característica común, es engañarse a sí mismos creyendo que son buenos individuos con muchas virtudes, inteligencia y talento. La segunda característica, que es rara, es el reconocimiento de las buenas cualidades de los demás: sus méritos, habilidades y buenas acciones, y apreciar sus ideales. Jesús pertenecía a la segunda categoría. Él veía las buenas cualidades de los demás, se regocijaba con sus virtudes y compartía su alegría con los otros. ¡Jesús enseñó que Dios es Amor y que el nacimiento humano debe ser usado para realizar el Espíritu interno! Declaró que no había nada grandioso en devolver el bien por el bien. Que las personas deberían hacer el bien incluso a aquellos que les hicieran daño. ¡Encarnaciones del Amor Divino! Derriben las paredes que los separan de otro ser. ¡Desháganse de todas las diferencias! Cultiven amor en sus corazones. Recuerden y adoren al Señor con amor. ¿Qué tipo de devoción es si uno no practica las enseñanzas del Señor? (Discurso del 25 de diciembre de 1988)