Cuando están enfermos o cuando su mente está inmersa en otra cosa, no disfrutarán del sabor de la comida. Así también, cuando el corazón está lleno de ignorancia (tamas) o es díscolo, no experimentarán alegría incluso cuando estén comprometidos en la recordación del nombre (nama-smarana), en el canto devocional, en la recitación del nombre (japa) o en meditación. La lengua estará dulce mientras haya azúcar en ella. Del mismo modo, si el pilar de luz llamado devoción continúa ardiendo en el corazón, no habrá oscuridad. El corazón estará iluminado en bienaventuranza. Una cosa amarga en la lengua hace que toda la lengua sea amarga; cuando las cualidades de la codicia y la ira entran en el corazón, el brillo desaparece, la oscuridad domina la escena y uno se convierte en el blanco de innumerables aflicciones y pérdidas. Por lo tanto, aquellos que aspiran a alcanzar la santa presencia del Señor, deben adquirir ciertos hábitos, disciplinas y cualidades. (Prema Vahini, capítulo 56, edición en inglés)