La Paz es la característica de la mente de los humanos. Es su cualidad innata. Para buscar la Paz, no es necesario ir a ninguna parte. Así como el oro y la plata yacen ocultos bajo la tierra, y las perlas y el coral bajo el mar, la Paz y la alegría yacen ocultas en las actividades de la mente. En nuestro deseo de adquirir estos tesoros escondidos, si nos sumergimos y dirigimos hacia dentro las actividades mentales, nos llenamos de amor. Solo puede llamarse humano quien se ha llenado así de amor, y vive en la luz de ese amor. Aquellos desprovistos de amor son demonios, monstruos y subhumanos. Recuerden: la sagrada cualidad del amor no dejará de manifestarse en ocasiones; estará siempre presente, sin cambios. Es una e indivisible. Aquellos saturados de amor son incapaces de rencor, egoísmo, injusticia, maldad o delito. Están dotados de verdad en el habla. (Prema Vahini, Capítulo 47)