Jesucristo demostró y predicó el poder de la fe y en última instancia, ofreció el supremo sacrificio de la vida misma. Jesús fue consciente de Su supremo propósito y deber, y santificó Su cuerpo, sacrificándose para proteger a otros. Con fe en la unidad de la humanidad, Jesús se opuso a detractores y críticas, y confrontó sus arremetidas. Jesús le enseñó a Pedro, Su discípulo más importante, a vivir en amor, dado que el Amor es Dios. Jesús predicó que uno puede experimentar a Dios solo cuando uno se convierte en encarnación del Amor, ¡quien no busca nada o no espera ni la gratitud a cambio! ¡El Amor espontáneamente se convierte en sacrificio y servicio! Cuando Pedro escuchó tales exhortaciones del Maestro, encontró un nuevo gozo dándole claridad y también un nuevo significado en la palabra «joy» (N. del T.: gozo en inglés). ‘J’ significando Jesús y la letra ordenándole amar primero a Jesús. ‘O’ significando a otros quienes deben ser amados. ‘Y’ significando yo mismo, quien debería ser amado solo en último lugar. Bhagavan Sri Sathya Sai Baba. Discurso del 25 de diciembre de 1986.