Las personas están relacionadas integralmente con la sociedad, como los diferentes órganos de un cuerpo. La humanidad es un miembro de la naturaleza, y la naturaleza (Prakruti) es un miembro de Dios. Si se comprende esta relación integral, ¿dónde tendrá cabida el odio? Nadie debe considerarse insignificante o carente de importancia. Cada uno, grande o pequeño, es parte vital del total, y esencial para su correcto funcionamiento, como todas las piezas de un cohete. Cualquier pequeña pieza defectuosa puede causar que el cohete estalle. De la misma manera, en este vasto cosmos, cada ser tiene un rol significativo que actuar, para asegurar su funcionamiento armonioso. Cualquiera puede seguir el camino espiritual, sin ayuda de un rosario ni de retirarse a la selva. Por ejemplo, un agricultor que ara el campo debe pensar que está arando el campo de su corazón. Mientras siembra semillas debe pensar que está sembrando en su corazón las semillas de las buenas cualidades, y mientras riega debe pensar que riega con amor el campo de su corazón. (Discurso, 23 de noviembre de 1992)