Al ver un vaso medio lleno de agua, el optimista se alegra de que esté medio lleno, mientras que el pesimista se entristece de que esté medio vacío. Aunque ambas apreciaciones son correctas, el optimista espera llenar la otra mitad, mientras que el pesimista se da por vencido y cae en la desesperación. El optimista tiene fe y esperanza; el pesimista atrae a la miseria al carecer de fe. Por lo tanto, desarrollen fe mediante un esfuerzo continuo. La fe es esencial para el progreso humano en todos los campos. A través del conocimiento, la sabiduría puede obtenerse solo mediante la fe y el esfuerzo. Equipados con éstos, pueden escalar grandes alturas y salir victoriosos. Desde luego, ¡deben cuidarse de no cultivar demasiada fe en las cosas que son puramente materiales! ¡Deben profesar una profunda fe solo en la eternamente genuina verdad: Dios! La fe es poder. Y esa fe debe ir unida al esfuerzo. ¡La fe es el aliento mismo por el que vivimos! ¡Sin fe, vivir felizmente es simplemente imposible! Discurso del 27 de junio de 1981.