El lema del campamento fue «Ame a todos, sirva a todos». Más de 185 voluntarios de 12 países, incluidos médicos, especialistas médicos, intérpretes, constructores, Los maestros y psicólogos prestaron un servicio desinteresado a los residentes del distrito.
Se brindaron servicios médicos a más de 4,700 personas, incluidas más de 2,500 mujeres y 870 niños. Se distribuyeron más de 950 pares de gafas a los residentes necesitados de las aldeas. Médicos especialistas de Inglaterra, EE. UU., Alemania, Kazajstán y Rusia participaron en una Conferencia médica internacional organizada como parte del campamento por primera vez. La conferencia despertó mucho interés entre los profesionales médicos locales.
Los voluntarios distribuyeron 250 bolsas de comestibles que contenían arroz, trigo sarraceno, guisantes, pasta, azúcar, aceite vegetal, té negro, galletas y halva a las familias necesitadas de las aldeas. Además, se distribuyeron cuatro sillas de ruedas y una computadora portátil a personas que habían sufrido lesiones graves en accidentes.
Durante seis días, los maestros del grupo llevaron a cabo una «Escuela de la alegría», ofreciendo clases y talleres creativos, así como concursos con un enfoque en los valores humanos para los niños locales. El objetivo de las competiciones era enseñar a los niños a amar su tierra natal, hacerlos conscientes de la ecología y ayudar y animar a los estudiantes talentosos con valiosos premios y regalos memorables. Al concluir, la gente local, incluidos los niños, agradeció a los maestros voluntarios, los roció con fragantes pétalos de rosas mezclados con destellos dorados y les entregó un gran pastel con la inscripción de la Escuela de la Alegría. Voluntarios junto con solistas de la Casa de la Cultura local presentaron un delicioso concierto el último día del campamento.